miércoles, 30 de agosto de 2017

CEMENTERIO de LA OLIVA (FUERTEVENTURA)


El sencillo Cementerio de La Oliva (Fuerteventura),es de estética tradicional, se encuentra a las afueras de la población. El interior del cementerio se compone de unos cuantos pisos de nichos y muchas tumbas excavadas en la tierra. Las sepulturas más antigüas de las almas que allí reposan en su eterno descanso tienen que conformarse con una modesta cruz de madera clavada en la tierra que apenas se sostienen del viento.



En 1708 se creó el regimiento de milicias, encabezado por los coroneles. Tomaron La Oliva como residencia, y se convirtió en la capital civil y militar de la isla. Los coroneles ostentaban un poder considerable, eligiendo al alcalde y exiliando a cualquiera que osara oponerse a ellos. Durante algo más de un siglo, los matrimonios eran arreglados entre las familias de los coroneles, formando así un círculo cerrado. La Casa de los Coroneles aún se conserva como testimonio del pasado esplendor de la villa. El poder de Los Coroneles fue inmenso al aunar en una sola figura el poder político y económico de la isla.


La única escultura funeraria relevante del cementerio pertenece al personaje más «famoso» enterrado allí; el último Coronel de la isla, Cristóbal Manrique de Lara Cabrera. La lápida carece de epitafio y salvo la estatua que se puede ver nada más cruzar la sencilla puerta de entrada al interior; el ángel es el único monumento funerario destacado del recinto.


Una figura angelical custodia con la mirada la tumba de quien a pesar de haberle sido retirado el derecho de gobierno en 1856, siguió teniendo la propiedad de casi toda La Oliva hasta su muerte, el 5 de septiembre de 1870.